Crecimos con toda es propaganda “saludable” dónde nos contaron cómo la mantequilla, la grasa y un montón de cosas más son malas.
Como contraoferta (sí, nos estaban vendiendo algo) nos enviaron a comprar aceite vegetal dorado y a comer versiones alteradas, como la leche “semi-descremada”…
Pues bien, en Suecia un equipo internacional de científicos siguió un estudio con más de 4000 personas mayores de 60 años, durante un largo tiempo.
Les tomaron pruebas de sangre, buscaron por una grasa ácida encontrada en productos derivados de la leche, midieron estilos de vida, en fin… Los científicos hicieron cosas científicas (no nos ahorques, te dejamos el artículo original aquí).
Con todo, este dato es de interés: en Suecia se produce y consume uno de los mayores niveles de leche y productos derivados de ella en todo el mundo.
¿Y adivina qué se encontró en el estudio?
Primero: el estudio no sugiere daño alguno proveniente de la grasa de la leche. No encuentra la relación.
Es más: los que más consumen la grasa de la leche tienen menor riesgo de adquirir enfermedades del corazón.
¿Qué te parece?
Quizás ya lo sabías, o no.
En todo caso, te dejamos otro dato, si estás cortando la mantequilla porque te parece una cosa muy diferente del queso.
La mantequilla es hermana del queso.
“¡NOOOO!” dijo Luke Skywalker, pero en el fondo sabía que era verdad.
Toda esta telenovela de la “propaganda saludable” separó al queso y a la mantequilla como si fueran dos cosas por completo distintas y opuestas, cuando, si las miras bien, son mellizas.
Es hora de terminar con este terror contra esta pobre familia de productos derivados de la leche y amarlos mucho.
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