La Comunidad del Club del Queso y lo que pasó esta semana

Esta semana ocurrieron muchas cosas en el Club del Queso.

Se entregaron las últimas cajitas a quienes las habían pedido y quedaron agradecidos y con ganas de más.

Entregamos la Caja del Club del Queso a muchos socios y quedaron encantados. Vieron que el festín de delicias va en serio y que ahora son parte de algo enorme.

Lanzamos una degustación de 15 sabores distintos del queso gouda en la sede del Club del Queso y nos fue tan bien que el próximo sábado 24 de julio se repite. En Abolengo, sede del Club del Queso, Rafael León N24-58 y Vizcaya.

Más adelante tendremos muchas cosas más y nos encantaría que tú fueras parte de eso. Si no has adquirido tu membresía, consíguela ya: la lista de beneficios crece día a día.

Una persona se asoció no sólo por la enorme Caja del Queso, sino para tener descuentos del 10% a la hora de comprar quesos.

Pero esto no es un simple club de beneficios. Veamos brevemente un aspecto particular de Francia.

Las tradiciones de Francia

A Francia le llaman el país de los mil quesos. Ahí es donde casi cada pueblo produce uno distinto de todos los demás. Contrario a la industria, que busca estandarizar la forma de hacer las cosas, la tradición se demora con múltiples detalles para crear un queso.

En cada región varían el clima, los ingredientes, los animales lecheros y las herramientas. Por ejemplo: muchos quesos se producen y maduran en cuevas. Si la temperatura varía según las cuatro estaciones del año, el queso sufre de diferentes efectos. Los ingredientes asociados se cultivan sólo en esa región y la receta es un secreto pasado de generación en generación.

Los animales se nutren de forma diferente y producen una leche específica. En una región hacen un queso con cabras, en otra con oveja o búfala. Cada uno de estos animales produce una leche con distinto grado de grasa. La grasa juega mucho a la hora de dar sabor al queso.

Con las diferencias crece la unidad

Con todo, esta diferenciación entre tradiciones de los pueblos no causa una atomización de ellos. Los pueblos no se aíslan unos de otros. Se unen en festivales dedicados al queso, fiestas y comidas de todo tipo. Los une el gusto refinado por el queso, el idioma, muchas costumbres… En pocas palabras, los une un espíritu.

Así como en todo el mundo se canta el feliz cumpleaños con el mismo ritmo y melodía, pero con distinta letra según la lengua, existe en Francia una canción cuya forma no cambia. Aunque suena igual, sí cambia su letra y tema en cada pueblo. Con la misma melodía, se le está cantando a una cosa distinta cada vez. En un pueblo esta canción interpreta un tema infantil. En otro, un tema marcial. En otro, una historia de amor.

Es tan sorprendente esta historia que hace algunos años alguien hizo un documental completo sobre esta canción.

Este espíritu es el que debe unir tanto a los países y pueblos, como a las personas que comparten un gusto y aprecio universal. Aquí tenemos la oportunidad de rescatarlo en el Club del Queso.

Alrededor del queso vibra el mundo entero. Es tan así que todos lo conocen y alguna vez alguien se preguntó si la luna no estará hecha de queso y todos nos quedamos pensando en eso.

Si ya tienes tu membresía, abróchate el cinturón porque viajaremos la luna para comprobarlo. Tal vez alguien vive ahí y ya produce queso.

Si no la tienes aún, no esperes más y consigue tu pasaje ya. (Haz clic ahí) 

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